Los acúfenos o tinnitus son la percepción de un sonido que no procede de una fuente externa y que solo oye la persona que lo tiene. Puede darse en uno o ambos oídos.
Anatomía del oído interno
¿A cuántas personas afectan los acúfenos?
La causa es desconocida, pero existen varias teorías sobre su aparición:
Daños en las células sensoriales. La cóclea es la parte del oído interno que se encarga de transformar los sonidos, captados a través de las células sensoriales, en señales eléctricas para que el cerebro las interprete como sonidos. Cuando las células sensoriales de la cóclea están dañadas, se produce un desequilibrio entre las señales eléctricas que le dicen al cerebro “hay sonido” y las que le dicen “no hay sonido”. Este daño provoca que las señales eléctricas que deben mantener el silencio no funcionen bien y se vuelvan débiles, por lo que las neuronas auditivas se descontrolan y generan señales eléctricas de manera espontánea y sin razón aparente. Respuesta del sistema nervioso central auditivo. Los acúfenos aparecen como una reacción automática de las neuronas auditivas que compensan la ausencia de señales eléctricas que llegan al cerebro. Resonancia estocástica. Este término sugiere que hay una especie de «ajuste» del sistema auditivo a ciertas señales débiles o cercanas al límite del umbral que no se pueden oír. Los acúfenos aparecen como efecto secundario a esta resonancia estocástica.
Los principales factores de riesgo que favorecen la aparición de acúfenos son:
Pérdida de audición.
Exposición a ruidos fuertes.
Medicamentos como antihipertensivos o antiinflamatorios pueden provocar este efecto secundario.
Entre las causas menos frecuentes se encuentran:
La Enfermedad de Ménière. Es un trastorno del oído interno y el acúfeno puede ser un síntoma temprano de esta enfermedad. Schwannoma vestibular o neurinoma del acústico. Es un tumor benigno del nervio craneal que va desde el cerebro hasta el oído interno y se encarga de controlar el equilibrio y la audición.
El acúfeno activa el sistema límbico, lo que afecta también a aspectos emocionales. Es como si el cerebro, al enfrentarse al acúfeno de manera constante, se adaptase y aprendiera a relacionar ese sonido con emociones. Por este motivo, se asocia con otros trastornos como el trastorno depresivo o de ansiedad, problemas de concentración, insomnio, disfunción eréctil, cefalea, bruxismo, aislamiento social, entre otros, que a su vez pueden provocar un empeoramiento del acúfeno
Síntomas de los Acúfenos
Los acúfenos pueden ser:
Continuos o pulsátiles.
De tono agudo (como un silbido).
Grave (como un motor).
Siseos o ‘»clics».
En ocasiones, este sonido puede modificarse por movimientos de la columna cervical o de la mandíbula.
Actualmente no existe un tratamiento curativo para los acúfenos y la base terapéutica va dirigida a explicar al paciente los síntomas y estrategias de tolerancia.
Prótesis auditivas. Son de especial utilidad en aquellas personas con pérdida de audición y pueden mejorar los acúfenos hasta en un 70% de los casos, especialmente si se combina con terapia auditiva con el fin de distraer la atención sobre el acúfeno.
Terapia cognitivo-conductual. Para aprender herramientas sobre cómo afrontar los síntomas de los acúfenos y hacer que sean menos molestos. Por ejemplo, a través de técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación para ayudar a reducir la ansiedad, o ejercicios de atención selectiva, para aprender a focalizar la atención en otros sonidos más allá de los acúfenos.
Tratamiento de los Acúfenos en el Clínic
El paciente que llega al Clínic ha sido visitado previamente por el profesional sanitario de atención primaria, quien, a través de una otoscopia, ha descartado problemas en el conducto auditivo como tapones de cera, mucosidad y otras enfermedades que pueden influir en la audición del paciente.
En el Clínic se realiza una audiometría y, en función del resultado, el paciente se visita con un especialista en otorrinolaringología para decidir: si requiere de audioprótesis o no, si es necesario realizar un estudio de imagen o realizar terapia para manejar la ansiedad o depresión que los acúfenos pueden provocar.
En general, dada la benignidad del proceso y la mejora de la tolerancia a los acúfenos, con el paso de tiempo, el seguimiento habitualmente se realiza desde la atención primaria.