1. El alcohol en nuestra sociedad.
El alcohol es una droga socialmente aceptada que forma parte de nuestra cultura tanto como complemento de la alimentación normal, como mediador en las relaciones sociales (brindis, reuniones para «tomar una copa», cócteles … ), incluso la religión reserva una posición muy destacable al alcohol en sus celebraciones (vino consagrado).
Este hecho no es perjudicial en sí mismo, pero sí nos sirve para saber lo que significa el alcohol en nuestra sociedad y centrar así el tema. El vino tomado en pequeñas cantidades forma parte de la dieta mediterránea y puede tener incluso efectos beneficiosos sobre la salud. En cantidades mayores en cambio es capaz de ocasionar graves enfermedades entre las que cabe señalar el síndrome de dependencia alcohólica que es una de las adicciones con consecuencias más destructivas sobre la salud y sobre la personalidad del paciente.
2. ¿ Cuando puede decirse que una persona padece un síndrome de dependencia alcohólica ?
Existen muchas definiciones sobre el tema, pero para no extendernos mucho yo daría alguna de las más concretas, por ejemplo: una persona tiene una dependencia del alcohol cuando es incapaz de decidir sobre la conveniencia de beber o no, o cuando, es incapaz de parar cuando se lo propone mientras está bebiendo.
Otra sería la persistencia de la bebida a pesar de los problemas físicos, sociales o profesionales relacionados con el uso del alcohol. En realidad el alcoholismo no viene definido solamente por la cantidad de alcohol que se bebe, ni por el lugar o la hora a la que se bebe, sino, sobre todo, por la importancia que va adquiriendo el alcohol en la vida de la persona, afectando a su salud, a sus relaciones familiares, sociales o profesionales y también a su situación económica.
Si nos fijamos en la adicción podemos estimar que 23 millones de europeos (5% de los hombres y 1% de las mujeres) sufren una dependencia alcohólica.
3. ¿Son frecuentes los problemas derivados del alcohol en nuestro país?
Casi todos los estudiantes de 15-16 años (>90%) han bebido alcohol alguna vez en la vida. La edad media de inicio se sitúa en los 12,5 años y la primera embriaguez, en los 14 años.
Desde el punto de vista de la salud, el alcohol es responsable de unas 195.000 muertes al año en la UE. El alcohol es responsable del 12% de las muertes prematuras y discapacidad, en los hombres, y del 2%, en las mujeres, tras controlar los beneficios para la salud. Ello convierte al alcohol en el tercero entre veintiséis factores de riesgo de la mala salud en la UE, superando al sobrepeso/ obesidad y sólo por detrás del tabaco y la hipertensión arterial.
El impacto sobre la salud se observa en una amplia gama de afecciones, inclusive las 17.000 muertes anuales debidas a accidentes de tráfico (1 de cada 3 fallecimientos del tráfico rodado), 27.000 muertes accidentales, 2.000 homicidios (4 de cada 10 asesinatos y homicidios), 10.000 suicidios (1 de cada 6), 45.000 muertes por cirrosis hepática, 50.000 muertes por cáncer (de las que 11.000 son cáncer de mama), así como 200.000 episodios de depresión, que también representan 2,5 millones de AVAD. El coste estimado de tratar estos problemas de salud es de 17 billones de euros, 5 de ellos invertidos en la prevención.
El alcohol causa daños a terceros, contabilizándose cada año en Europa unos 60.000 nacimientos de bajo peso, 5-9 millones de niños que viven en familias negativamente afectadas por el alcohol y 10.000 muertes de tráfico entre personas distintas al conductor intoxicado
4. ¿Cuál sería desde el punto de vista médico la cantidad de alcohol que puede beberse sin perjudicar a la salud?
Para empezar habría que precisar tres tipos de conceptos que se manejan hoy en día para entender la relación del alcohol con la salud: bebedores de riesgo, trastorno relacionado con al alcohol y síndrome de dependencia alcohólica.
Cualquier persona que ingiera una cantidad de alcohol por encima de 280 g de alcohol a la semana en el caso de los varones y 168 en el caso de las mujeres puede considerarse un bebedor de riesgo. Al hablar de cantidad de alcohol hemos de referirnos a cantidad de gramos absolutos de alcohol.
Muchas personas creen que la cerveza o el vino no es alcohol, o que el vino se puede tomar si es mezclado con gaseosa o tomado con las comidas. Hay que tener en cuenta que todas las bebidas alcohólicas llevan alcohol y que lo único que las diferencia es la graduación.
Una forma fácil de calcular los gramos de alcohol que lleva cada bebida es la siguiente: un vaso pequeño de vino(unos 100 ml)=10 gr.de alcohol; un vaso grande de vino(200 ml)= 20 g; una mediana de cerveza = 15 gr., un quinto= 10 g. ; una copa de coñac= 22 g; un whisky= 30 G. Todas las bebidas que se ingieren a lo largo del día se van sumando y pueden perjudicar seriamente a la salud. Por tanto la cantidad de alcohol aconsejable para no ser un bebedor de riesgo es de 280 gr. a la semana para los varones y 168 en el caso de las mujeres.
Hay que llamar la atención sobre esta cantidad ya que es relativamente pequeña para lo socialmente aceptado en nuestro país. Doscientos ochenta gramos de alcohol a la semana son 40 gramos diarios que equivalen a medio litro de vino al día aproximadamente y el la mujer por lo tanto el tope aconsejable estaría en 1/4 de litro de vino al día.
La cantidad recomendada es un máximo de 1/2 litro de vino al día en los varones y 1/4 en las mujeres o su equivalente en otras bebidas y a ser posible no todos los días.
Otro concepto es el de trastorno relacionado con el alcohol que hace referencia a cualquier problema físico o psíquico relacionado con el consumo de alcohol que puede tener una persona.
Es decir que puede englobarse bajo el epígrafe de trastorno relacionado con el alcohol cualquier bebedor al cual el alcohol le esté afectando ya de alguna manera, independientemente de la cantidad que consuma o de que tenga o no una dependencia por el mismo.
Finalmente están los pacientes que han perdido la capacidad de controlar su consumo de alcohol, es lo que se llama síndrome de dependencia alcohólica. Lo que antes se denominaba alcoholismo. Cuando una persona padece un síndrome de dependencia alcohólica la cantidad que debe ingerir es de 0, es decir nada, pues cualquier pequeña ingesta puede llevarle a retomar la adicción.
Finalmente hay otro concepto que es el de consumo ocasional de riesgo. Personas que habitualmente no beben pero cuando lo hace beben una cantidad importante. Se considera consumo ocasional de riesgo el que supera los 50 gramos de etanol por ocasión, para hombres, y los 40 gramos de etanol por ocasión, para mujeres.
5. ¿Qué es lo que lleva a una persona a padecer un problema de dependencia por alcohol?
La verdad es que no se conocen bien las causas últimas. Se ha hablado de factores genéticos, ya que algunos estudios demuestran que los hijos adoptivos de padres alcohólicos tienen mayor tendencia a desarrollar un alcoholismo en el futuro que los hijos adoptivos de padres no alcohólicos, lo que invalidaría en este caso la influencia ambiental.
Otros estudios demuestran por otro lado que la influencia ambiental es determinante en muchos casos. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que es más probable ser bebedor si el padre es bebedor en el caso de un varón y cuando la madre es bebedora en el caso de una mujer. Los trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión pueden actuar como desencadenantes de un abuso del alcohol.
6. ¿Qué efectos perjudiciales provoca el alcohol sobre la salud?
El consumo excesivo de alcohol puede causar o exacerbar hasta 60 enfermedades diversas y además constituye un factor determinante de incidentes de violencia familiar y de género, accidentes laborales y de circulación.
Los efectos del alcohol sobre la salud son numerosos y graves. Sería largo y farragoso el enumerarlos todos aquí, pero baste recordar unos cuantos, algunos muy conocidos y otros no tanto.
Son muy conocidos por ejemplo los efectos sobre el hígado, la esteatosis o hígado graso, la hepatitis alcohólica, y la cirrosis. Son menos conocidos los efectos sobre el páncreas sobre el que puede ocasionar pancreatitis agudas y crónicas, ambos cuadros graves que pueden ser mortales.
Todavía menos se conocen los efectos sobre el sistema nervioso central (sobre el cerebro), o sobre el sistema nervioso periférico o sobre el corazón, al que puede producir una «intoxicación» que desencadene una insuficiencia cardiaca, arritmias, agravamiento de anginas de pecho, etc. Puede ocasionar trastornos psiquiátricos graves hasta el punto de que el suicidio es seis veces más frecuente entre alcohólicos que entre la población general. Por otro lado, en nuestro país el 35 %-50 % de los accidentes de tráfico son producidos por el alcohol.
No menos importantes son los perjuicios psicológicos, sociales, familiares, laborales y económicos que llevan al alcoholismo por una espiral de auto-destrucción cuyo freno es cada vez más difícil, si no busca la ayuda de un profesional.
7. Sin embargo parece que el principal problema es que el enfermo se reconozca como tal, sea capaz de buscar ayuda…
Efectivamente, hay una dinámica de pensamiento en el alcohólico muy difícil de cortar y que le hace estar en un permanente estado de autoengaño. Excusas como «yo puedo dejar de beber cuando quiera» o argumentos más elaborados como «no estoy enfermo, y si lo estoy, nadie puede ayudarme»; son frecuentes en el alcohólico y son uno de los primeros y más importantes escollos para iniciar una terapia adecuada, única vía para la solución de este grave problema.
8. ¿Existe un tratamiento eficaz para solucionar esta enfermedad?
Existen varias vías de tratamiento, lo importante es que el enfermo sea consciente de su enfermedad e inicie una de estas vías. El médico de cabecera puede ser el coordinador de todos los esfuerzos para conseguir el objetivo final de la deshabituación total, pero a menudo se necesita la ayuda de algún centro o persona especializada.
Las opciones son varias. Pueden ser sumamente útil las asociaciones de Alcohólicos Anónimos, o las terapias realizadas en centros especializados en alcoholismo o toxicomanías en general, psicólogos o psiquiatras, pero, independientemente del método utilizado, es muy importante que el médico de cabecera sirva de punto de referencia para el enfermo, pues la buena relación con el terapeuta se relaciona más con el éxito que el tipo de tratamiento empleado.
En cualquier caso lo importante es iniciar algún tratamiento y para ello el primer paso es que el alcohólico se reconozca como un enfermo, lo que a menudo es extremadamente difícil.
9. ¿Son eficaces los tratamientos para el alcoholismo que se llevan a cabo en los distintos centros especializados?
Existen, como hemos dicho, distintos tipos de opciones terapéuticas que pueden llevarse a cabo. Desde las reuniones de grupo de Alcohólicos Anónimos, hasta asociaciones religiosas o centros de psicólogos o psiquiatras especializados.
Todas las opciones son válidas y los resultados variables.
Lo que sí está claro es que con una ayuda adecuada se puede vencer la enfermedad de la dependencia alcohólica y que debe intentarse por todos los medios combatirla. Es importante que la consecución de la abstinencia se vea seguida de una reinserción social y de una rehabilitación en todos los sentidos, laboral, familiar, etc.
Será muy útil establecer nuevas relaciones o nuevas actividades, por ejemplo deportivas, y lo que es muy importante es que el enfermo sepa a quién acudir si en un momento dado se produce una recaída, que esa posible recaída no se convierta en un círculo vicioso de culpabilidad y más alcohol para evadirse de la misma, sino que sirva para aprender de esa recaída y saber como vencer la tentación la próxima vez.
Bibliografia
Alcohol. FMC 1996; 3 (supl 4)
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